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Las tres noches de Eva (1941) por El Despotricador Cinéfilo


Siguiendo con mi tarea despotricadora contra la obra del sobrevalorado Preston Sturges le toca el turno a Las tres noches de Eva (1941). Creo sinceramente que en este caso el fallo está en el guión pues no define a los personajes y no te los crees, no por culpa de Henry Fonda o Barbara Stanwyck (excelentes actores los dos), sino por la ausencia absoluta de química entre esos dos personajes y unas situaciones tan absurdas que rozan (y sobrepasan) la inverosimilitud, porque no te acabas de creer nada de la historia y lo que les pasa.

Entonces ¿la causa es por culpa de que lo que te cuentan es tan inverosímil y absurdo que pierde cualquier credibilidad por parte del espectador?, pues no, la culpa es de cómo está contado, y es muy sencillo de demostrar. Pongamos 4 ejemplos de películas absurdas, demenciales, inverosímiles y alocadas a más no poder: Arsénico por compasión (Capra, 1944), El hombre que vino a cenar (1942, Keighley), Con faldas y a lo loco (1959, Wilder) y ¿Qué me pasa doctor? (1972, Bogdanovich), son 4 claros ejemplos de films absurdos, inadmisibles e inverosímiles al 100%, pero tiene un guión tan milimétricamente perfecto que te crees a los personajes, te metes en ellos, hacen que la locura sea algo cotidiano y que eso que ves puede ocurrir, y por tanto te diviertes porque te crees (te convencen del todo) que eso le podría suceder perfectamente a cualquiera ya que te parece real, y por tanto hace la película más divertida todavía, lo cual nunca se consigue en el film de Sturges.

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