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La clase (2008) por Aurea García Fernández


Dudo mucho que esta película pueda interesar a quienes de algún modo no estén vinculados al proceso educativo o sea "profes", madres, padres, alumnos y aún así...no sé yo.

La educación, tema primordial desde que el mundo es mundo, atraviesa por uno de esos momentos críticos que, concretamente en España pero también en otras partes, se prolonga ya en demasía sin que nadie acierte con los remedios ni por casualidad. Durante el siglo XX la educación laica y pública francesa fue un referente obligado pero es obvio que dados los vertiginosos cambios que se han producido en el mundo eso quedó ya muy atrás. Hubo un tiempo en el que Corea del Sur aparecía como el modelo a seguir y ahora se cita como modélico el sistema finés: perdónenme pero no me lo creo.

El título francés de la película Entre les murs es bastante más adecuado que la traducción española, porque efectivamente la película es un tanto claustrofóbica dado que el escenario casi único es la clase de Lengua Francesa con breves incursiones a la no menos claustrofóbica y precaria Sala de Profesores o las escaleras y patio de recreo del centro, aunque eso sí, no es un escenario estático, pues el dinamismo que generan los adolescentes con su sola presencia es innegable.

La película ha sido muy premiada y eso está bien, porque el tema que plantea es tan serio que hay que apoyarlo, estimularlo como sea. !Qué penita dan esos profesores entregados, vocacionales que se ven ante un microcosmos variopinto de culturas, etnias, religiones y lenguas enfrentadas entre sí y naturalmente a la francesa que es en este caso la que a duras penas se pretende impartir!. Verdaderos héroes que llegan animosos al comienzo del curso a lidiar con su tarea, llenos de buenos propósitos, pero que en ocasiones se derrumban sin remedio ante las situaciones límite que tienen que soportar cada día. !Qué indefensos y vulnerables se les ve!.

A destacar la naturalidad con la que se enfrentan a las cámaras los alumnos del Instituto Francois Dotto situado en el Distrito 20 parisino, barrio elegido porque en él conviven todos los niveles y comunidades sociales posibles. Tiene gracia, pero en Francia como aquí y posiblemente en todas partes los mejores alumnos y los mejores padres, ojito señores,son..... !los chinos!. No, si ya nos dejaron noqueados con el impecable macroespectáculo que ofrecieron en la inauguración de los pasados Juegos Olímpicos: daba como un poquito de miedo.

El director maneja con soltura la cámara y se apoya en la muy eficaz interpretación de Francois Bègaudeau como profesor de Lengua, autor del libro Entre les murs en el que cuenta su propia experiencia como profesor de Secundaria, y que sirve de base al guión que también firma junto con Cantet el director.

No he visto yo que su estreno en salas minoritarias y versión original haya suscitado debate alguno y es lástima. El propio Sean Penn, presidente del jurado de Cannes que premió el film, señaló en su día que las cuestiones que plantea son intemporales y que hoy más que nunca el mundo necesita "educación". Yo me pregunto pero ¿a alguien le importa de verdad resolver el tema?. La sociedad debería demandarlo con urgencia pero yo sólo veo que las masas atontolinadas por lo que reciben cada día no se mueven si no es para conseguir un autógrafo de cualquier famoso o famosillo que pase por ahí... (los profesionales del optimismo me van a llamar derrotista, ya verás...).

En este terreno lo soy más que el loco y viejo profesor Gustavo Bueno que siempre dice que un país sin un buen bachillerato no tiene futuro, o lo que decía Julián Marías en los Felices Ochenta que estaba muy contento y confiado con lo que estaba pasando en España, salvo en la incierta deriva de la Educación pero como ya dijo Machado aquí nadie se detuvo a separar "las voces de los ecos", y ahí seguimos dando tumbos.

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