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La aventura (1960) por Aurea García Fernández
¡Qué gusto da cuando casi en la madrugada te sorprenden los programas televisivos con una película fetén!. No alcancé a ver los títulos de crédito pero daba igual estaba segura de que sería una película digna de ser vista. Y lo era. Por supuesto con mil fallos pero !cuántas novedades!. Sin duda un antes y un después en el cine europeo.
Como siempre ocurre en Antonioni la película es enigmática, reflexiva, llena de interrogantes y oscuridades puesto que la desaparición de una joven burguesa (Lea Massari) durante una excursión que parece va a ser la trama esencial queda muy en segundo plano y nada volvemos a saber de ese hecho desencadenante pues los temas que interesan al director son "otros".
Un grupo de amigos de la alta burguesía romana deciden pasar unos días de vacaciones navegando por el Sur. Recalan en una de las islas Eolías, cerca de Sicilia, deshabitada, y es allí donde desaparece sin dejar rastro la caprichosa e insatisfecha joven que mantiene una extraña relación con su prometido el arquitecto Sandro (Gabriele Ferceti). Les acompañan otras parejas y también la íntima amiga de Ana, Claudia, interpretada por la musa del director en la vida real, Monica Vitti.
La intriga por la desaparición de Ana va desvaneciéndose y lo que toma protagonismo como ocurre casi siempre con Antonioni son las relaciones de pareja en las que yo creo que por primera vez en el cine italiano se pone en cuestión con meridiana claridad el machismo reinante en la sociedad italiana. Vista ahora es increíble la intuición de este hombre para evidenciar ese cambio, esa transformación que se está produciendo en las relaciones hombre-mujer. Se ha hablado mucho de que la participación de las mujeres durante la Segunda Guerra Mundial en la retaguardia (en las fábricas, por ejemplo, en los hospitales del frente, etc.) pusieron en evidencia que podían realizar eficazmente los mismos trabajos que hasta ese momento habían desempeñado los hombres. Las cosas por tanto ya no podían ser iguales que en la época de las heroicas y vilipendiadas sufragistas, blanco de todas las burlas e incomprensiones.
Antonioni expresa de forma magistral esos cambios apenas perceptibles incluso para los que los están experimentando pero que naturalmente como todos los cambios generan conflictos y no sólo con los demás sino sobre todo con nosotros mismos.
Visualmente el film nos recuerda por momentos el estilo "documental" del maestro Rossellini y nos pone en evidencia una vez más el antagonismo entre lo urbano y lo rural, entre el Norte y el Sur sobre todo en las escenas rodadas en la isla en las que el director parece más interesado en mostrarnos la desnuda, salvaje y bella naturaleza que las peripecias de sus personajes.
En un último viaje a Italia comprobé asombrada como el héroe nacional Garibaldi era cuestionado y el ministro Cavour que quiso que el Sur fuera agrícola y el Norte industrial aun más pues con esa política hizo que las diferencias se intensificaran. Ahora lo que sigue uniendo a los italianos es Dante o sea la lengua que al contrario de lo que ocurre en España no es cuestionada en absoluto a pesar de los infinitos acentos y dialectos. Estas diferencias están muy bien reflejadas en la película: los cultos, ricos y sofisticados capitalinos que vienen de vacaciones y los primarios, pobres y rústicos habitantes del Sur que viven de forma arcaica apegados al terruño y al mar.
¿Fallos?: un montón pero los dejo para otro día.
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