Soy afortunado, cinéfilamente hablando, porque
desde hace más de un año tengo en mi voluminoso grupo de amigos
madrileños un par de amigos muy cinéfilos, mis queridos Jesús y Luis,
con los que he disfrutado, gozado, compartido y entusiasmado con
inolvidables, fantásticas, espléndidas y muy eruditas tertulias,
conversaciones y discusiones cinéfilas que me han proporcionado
auténticos momentos de puro goce, diversión, exaltación y felicidad al
compartir esta pasión por el séptimo arte que corre por nuestras venas.
Y en las últimas semanas me hace especialmente mucha gracia como
nuestras siempre interesantes conversaciones del sábado noche, fruto
también del abundante alcohol injerido, han derivado en un tema en el
que todos estamos de acuerdo: cuánto daño nos ha hecho el cine en la
vida real que vivimos en el día a día.
Yo siempre he dicho, y estoy absolutamente convencido de ello, en que más allá de la educación e ideales que me...
Yo siempre he dicho, y estoy absolutamente convencido de ello, en que más allá de la educación e ideales que me...
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