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Primos (2011) de Daniel Sánchez Arévalo (por El Despotricador Cinéfilo)


¿A una película solo por el hecho de ser española ya debemos valorarla por un baremo, ya sea para mejor o peor, que al resto de películas de otras nacionalidades? Parece que sí, y que tenemos cierta tendencia a encumbrar ciertos bodrios al igual que a denostar films magníficos solo por el mero hecho de ser españoles. Parte de la idiosincrasia de este país, supongo.

Primos
pertenece sin duda a la primera categoría, y es una pena, porque desde un principio no me sorprendió las excelentes críticas que recibió en general, pues las dos anteriores películas de Daniel Sánchez Arévalo (Gordos y sobre todo la espléndida Azul oscuro casi negro) ya vislumbraban un director más que interesante, por lo que era lógico y normal que este Primos también fuese una obra más que estimable.

Y empieza bien, empieza muy bien, esos primeros minutos de un impagable Quim Gutiérrez soltando su monólogo en la iglesia son dignos de almacenarse en una antología de los mejores momentos cómicos del cine español. Pero justo ahí termina los buenos recuerdos que tengo de la película.

Que el resto del guión y de la historia sea intranscendente, superficial, pueril y muy infantil no es lo que más me cabrea, sino lo sumamente previsible que es la película y cómo sabes en todo momento qué va a ocurrir y lo poco que se esfuerza Sánchez Arévalo como guionista por aportar algo mínimamente original o relevante.

Por no hablar de los insustanciales, lineales y muy poco definidos personajes protagonistas (y bueno, también los secundarios). Y mira que unos personajes aunque sean muy lineales, esquemáticos y muy caricaturescos pueden llegar a funcionar muy bien y responder aportando verosimilitud a la trama por muy exageradas e imposibles que sean sus acciones (un ejemplo claro es la exitosa serie de La que se avecina) pero aquí son tan falsos e irreales que ni funcionan. ¿De qué sirve tener a actores tan sobresalientes y excepcionales como Raúl Arévalo o Antonio de la Torre si sus personajes están tan mal definidos, matizados y desarrollados?

Ay, y pensar que hace unos días pensaba: "qué pena que no estuviesen más trabajados los matices de los todos los personajes de la magnífica Pequeñas mentiras sin importancia de Guillaume Canet para así ya ser una obra completamente redonda y magistral". Ahora ya sí que me parece magistral y redonda después de visionar el bodrio de Primos.

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