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La novia era él (1949) por El Despotricador Cinéfilo


A la hora de elegir una mala película de Hawks para despotricar, me tengo que decantar sin duda por La novia era él, una comedia atroz sin hilo argumental prácticamente y que se basa únicamente en la sucesión de gags uno detrás de otros, y por desgracia, la mayoría de ellos sin la menor gracia. Y esto es debido a que es tan flojo el guión que nunca te llegas a meter de lleno en la película, y aunque Cary Grant y Ann Sheridan se esfuerzan no acaban de remotar pues son solo payasadas una detrás de otra, aunque eso sí, reconozco en el film un gags brillante y absolutamente genial: el lío que se hacen con los anillos en la tercera boda consecutiva entre los dos, quitándoselo a ella para dárselo al cura, para que éste se lo de a él para ponérselo nuevamente a ella, un auténtico puntazo de antología de la comedia, pero el resto es pura bazofia.

Pero donde más pierde el film es sobre todo con el momento en que Cary Grant debe disfrazarse de mujer, no es que se acerque ni por asomo a la hilaridad de Jack Lemmon y Tony Curtis en Con faldas y a lo loco (Wilder, 1959) ó de Dustin Hoffman en Tootsie (Pollack, 1982), pero es que no te puedes meter ni de coña en la película, pues es imposible que nadie se crea que es una mujer sobre todo con esa peluca e incluso con esa incipiente barba tan varonil, y ya se sabe, en el momento que se pierde la suspensión de credibilidad de una película ya está sentenciada, es un insulto al espectador, y como diría Michael Corleone: no soporto que insultes a mi inteligencia. Y si es tan descarado y está tan mal hecho que ni los actores ni el director se creen ese hombre disfrazado de mujer, entonces ¿por qué me lo voy a creer yo?

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